La satisfacción de los clientes depende en gran medida de la calidad de los productos que elaboran las empresas. La norma ISO 9001 establece el marco para la aplicación de un Sistema de Gestión de Calidad que optimice las fases de producción, con independencia del sector o la actividad de las organizaciones.
Lo que en términos corporativos se conoce como Política de Calidad, puede definirse como el marco que establece las líneas de acción de las organizaciones en materia de Gestión de Calidad. Es decir, define qué debe hacer cada compañía, cómo, quiénes son los encargados y con base a qué objetivos.